lunes, 5 de octubre de 2015

Tema: Los padres de fa familia, principales educadores en la fe de sus hijos


Lectura complementaria
(26/09/2015)



Era una vez una casa en la que había una habitación muy amplia. Por la mañana, los rayos del sol penetraban con dificultad por la ventana que, con el tiempo y el descuido, se había vuelto opaca y amarillenta. Aquella habitación que, por su orientación debía ser cálida y acogedora, era un cuarto oscuro, frío y húmedo en el que no se antojaba estar.

Cierto día el dueño de la casa entró en aquella habitación y recordó su infancia; Cuando era pequeño, su madre acostumbraba llevarlo a esa habitación y, en las mañanas de invierno, lo sentaba bajo los cálidos rayos del sol que entraban por la ventana y le acercaba algunos juguetes para que se entretuviera. Después ella tomaba su tejido, se sentaba en el sillón y lo observaba jugar. ¡Era tan agradable estar ahí! Los rayos del sol lo calentaban y era, por así decirlo, como una prolongación de los brazos llenos de ternura de su madre.

-¿Qué ha sucedido que ahora esta habitación es tan oscura y fría?- se preguntó aquel hombre. Y acercándose a la ventana se dio cuenta de que estaba opaca y sucia; incluso era difícil ver lo que había en el exterior. 

Entonces llamó a su mujer y comenzaron a limpiar los cristales y a ordenar aquel cuarto tan lleno de gratos recuerdos. El sol pasó sin dificultad por el cristal limpio y llenó de cálida luz la habitación. Entonces aquel hombre, como cuando era niño, se sentó junto a la ventana y experimentó el abrazo cálido de su madre que llegaba hasta él en aquellos rayos del sol de la mañana.





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